miércoles, 23 de mayo de 2012

DOCUMENTAL: EN BUSCA DE HACKERS

¿Qué tienen en común un abogado, un estudiante, 
un ingeniero, un funcionario, o un maestro, 
repartidos por toda la geografía de la península 
Ibérica? Aparentemente nada, pero todos 
forman parte de un nuevo fenómeno social 
llamado hackers.

Este documental pretende cambiar nuestras 
ideas preconcebidas de lo que es un hacker e 
introducirnos en la nueva era de la tecnología, 
la cual está cambiando los planteamientos 
éticos y morales del trabajo, la vida y la sociedad. 

Tras la pantalla se presentarán nuevos rostros que 
difieren mucho de la imagen mediática que hay 
sobre ellos, como jóvenes desvergonzados 
jugando a romper códigos o creando de virus. 

Lo que en realidad representan es una nueva 
opción de vida, con nuevas oportunidades 
laborales más allá de la empresa, unidos en la 
lucha por el software libre, que, como cualquier 
otro lenguaje, no pertenece a nadie. Una filosofía 
de unión, en la que términos como raza, género, 
credo o edad, se pierden en este amasijo de 
información sin dueño.





QUE VIENE AL LOBO




A lo largo de la historia se ha creado una mala 
reputación, o más bien el hombre se ha encargado 
de que la figura del lobo esté rodeada de temor 
y de respeto. Es cierto que sus ataques puntuales 
al ganado no han ayudado mucho, pero tampoco 
nuestra cultura y tradición han tratado de cambiar 
esa imagen, sino más bien todo lo contrario. 


«¿A dónde vas Caperucita?, le preguntó el lobo 
con voz ronca». Esta es una de las primeras 
frases del cuento que todo niño ha escuchado 
o leído alguna vez en su vida. Un cuento que 
es parte de nuestra tradición, repleta de alusiones 
a la supuesta perversidad y agresividad del lobo.




Dicen los expertos que todas estas creencias se 
deben a una milenaria pugna entre el lobo y el 
hombre, ya que en el fondo son dos especies 
que compiten por los mismos recursos alimentarios, 
pero esto tampoco termina de ser del todo creíble, 
ya que hay otras culturas donde el lobo juega 
un papel fundamental. Hay que recordar, por 
ejemplo, el mito de Rómulo y Remo, amamantados 
por una loba y a quienes se les atribuye la fundación 
de la ciudad de Roma. También los indios 
norteamericanos ven en el lobo un honorable 
competidor, al que respetan y admiran.


Sea como sea y sea por la razón que sea, lo cierto 
es que al lobo no le ha ido muy bien a lo largo 
de su historia.


 Prueba de ello es que a día de hoy en España 
es una especie vulnerable y en Andalucía está 
prácticamente en peligro de extinción. Sus peores 
enemigos han sido siempre la caza y los cebos 
envenenados y esto ha dado al traste con una 
especie que es parte fundamental de los ecosistemas 
a los que pertenece.


Jaén es una de las pocas provincias andaluzas y 
españolas en la que habitan lobos. Según explica 
el delegado provincial de Medio Ambiente de la 
Junta de Andalucía, José Castro, la población de 
lobos que existe en Jaén está concentrada en la 
Sierra de Andújar, parte de Sierra Morena, donde 
se registra el total del censo de lobos que hay en 
Andalucía.


En total, en Jaén se calcula que la población ronda 
las 15 manadas, lo que se traduce en aproximadamente 
60 lobos. Desde el año 2003, la Junta de Andalucía 
desarrolla un programa específico de protección a 
esta especie.


El programa consiste básicamente en hacer un 
seguimiento a las manadas. Técnicos de la Delegación 
se dedican a realizar esperas auditivas, que no es 
otra cosa que reconocer los aullidos de cada uno 
de los lobos. 


También se hacen entrevistas a los guardabosques, 
a los ganaderos o incluso a los cazadores; en la 
Sierra de Andújar existen puntos fijos de observación, 
se realizan recogidas de excrementos y se hacen 
investigaciones de los ataques a ganado.


Un ataque en 3 años
Aunque lo cierto es que gracias a este programa 
se han reducido tanto los ataques al ganado como, 
en consecuencia, los ataques de los ganaderos a 
los lobos, según los datos que maneja la Delegación, 
en 2008 se contabilizó un ataque a dos cabezas de 
ganado por parte de lobos y este ha sido el único en 
los últimos tres años.
«Por cada cabeza de ganado que un lobo ataca, la 
Junta entrega una ayuda a los ganaderos de entre 
120 y 150 euros», aseguran desde la Junta.




Cierto es que el último ataque conocido a ganado 
en la provincia de Jaén fue en Zocueca, pero en 
este caso se trató de una manada de perros salvajes 
que acabaron con la vida de 30 animales degollados.

Lo malo es que este mismo ganadero ha visto ya 
hasta en cuatro ocasiones morir a sus animales a 
causa de estos perros salvajes.


El trabajo actual por parte de la Administración 
está enfocado a la recuperación de esta especie, 
aunque ello no sea tan fácil. «La mayor dificultad 
es con los cachorros, porque el periodo de cría 
de los lobos coincide con el periodo de más 
movimiento en Sierra Morena, tanto por la 
transhumancia como por la temporada de caza».


La acción del hombre
En general, son muchas las dificultades que se 
presentan dentro del trabajo de conservación y 
recuperación de esta especie. La Asociación para 
la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico enumera 
alguna de estas dificultades. Entre ellas está la 
acción del hombre. Según la asociación, la principal 
causa de mortalidad de los lobos es por este motivo. 


Muchos lobos son abatidos ilegalmente durante 
el ejercicio de la caza. El furtivismo supone al 
menos un 40% de la mortalidad total, pudiendo 
alcanzar hasta el 87% en determinadas zonas 
de España.


La alteración del hábitat es otro de los motivos 
que dificultan su conservación. Desde carreteras 
y autovías hasta instalaciones como los parques 
eólicos, que cambian el paisaje, pueden ser 
perjudiciales para esta especie. 


La tercera cuestión es la de la incompatibilidad 
entre el ganado y los lobos. En este caso, la Asociación 
apuesta por políticas de prevención y de 
compensación a los ganaderos, y lo cierto es 
que el programa que existe en Andalucía está 
basado en estos dos principios.


Diversidad genética
Y por último, también es clave conservar la diversidad 
genética de las poblaciones de lobos, pues determina 
la capacidad de adaptación de la especie a los 
posibles cambios en el medio. 


La muerte de un individuo genera, por sí sola, 
una disminución de la diversidad genética, 
que si es elevada (numerosa mortalidad), 
puede reducir la probabilidad de supervivencia 
de la población, incrementando 
poco a poco el riesgo de extinción.


 Si además existen diferentes barreras físicas 
que impiden un flujo 
continuado de ejemplares, pueden aparecer 
problemas de conectividad y por tanto, de 
aislamiento. 


En poblaciones pequeñas o aisladas, la 
reproducción entre individuos emparentados 
(con una composición genética similar), implica 
que las enfermedades y las deficiencias genéticas 
puedan ser más frecuentes en los descendientes.

















Europa no modificará la directiva pero facilitará la caza de lobos al sur del Duero




Lo que hay al sur del río Duero, no es una situación 
de control del lobo, «sino de descontrol», según 
el presidente de Castilla y León, Juan Vicente 
Herrera, que se lo trasladó así al comisario 
europeo de Medio Ambiente, Janez Potocnik, 
con el que abordó la «problemática» que estos 
animales causan en el sur de la comunidad y 
el «contrasentido» de que en un misma región 
haya dos regímenes diferentes, al norte y al 
sur del río que Herrera califica como «padre». 


En ambas el lobo ibérico es especie protegida, 
pero al norte se puede cazar, mientras que 
al sur no, porque cuenta con la protección 
especial de la Directiva Hábitat. Cambiarla 
sería «demasiado farragoso», por eso, Potocnik, 
apoyado por su equipo jurídico, se comprometió 
ayer a buscar «instrumentos» y «fórmulas 
reglamentarias» que se puedan aplicar y que 
permitan avanzar hacia «un escenario en el 
que el lobo se pueda controlar a través de la 
actividad cinegética» en toda la comunidad.




De esta manera, esta especie seguiría estando 
protegida «siempre bajo el control de la 
Comisión Europea», expuso el presidente, 
pero se pondrían en marcha «fórmulas» que 
permitieran que su control se hiciera, en toda 
la comunidad, a través de la caza. En definitiva, 
se trata de «dar satisfacción a la lógica de una 
demanda que no quiere descontrolar una 
especie protegida».


La Directiva Hábitat de protección de especies 
permite, según fuentes europeas, que se capturen 
animales si está justificado porque suponen un 
peligro para las personas o el ganado.


Para Potocnik la situación del lobo ibérico 
en España no era nueva, recientemente se la 
trasladó el ministro de Agricultura, Miguel Arias 
Cañete, de ahí que, según Herrera, conociera 
bien el problema y se ofreciera para buscar 
una «vía de trabajo» que permita dar un 
resultado positivo para unos intereses «legítimos». 


En este sentido, el presidente destacó la «buena 
disposición» que encontró en el comisario. del ramo.


Según datos de la Junta, en la comunidad hay 
22.000 explotaciones –que aglutinan un total 
de 3,2 millones de reses– y cada año se registra 
en torno a un millar de ataques de lobo, la mitad 
de ellos, en explotaciones ubicadas al sur del río 
Duero, donde la población de lobos supone «apenas» 
el 15% del total.




Consecuencias irreparables:


Más espinoso es el otro asunto que llevó el 
presidente al despacho de Potocnik, el futuro 
de la minería a cielo abierto en la provincia de 
León, después de que una sentencia del Tribunal 
de Justicia Europeo, de 24 de noviembre de 2011, 
condenara a España por autorizar la explotación 
de minas a cielo abierto en la zona protegida del 
Alto Sil (en la leonesa comarca de Laciana) sin 
evaluar su impacto medioambiental, ni sobre 
especies en peligro como el urogallo, y exigiera 
el cierre de todas las actividades mineras de 
extracción de carbón a cielo abierto en la zona.


Las sentencias se cumplen, asegura el comisario, 
que también mostró su disposición a consultar 
con los servicios jurídicos de la Comisión, «el grado 
de disponibilidad en la aplicación estricta de la 
sentencia y comunicar cuál fue su decisión final» 
sobre la corta de Fonfría, para analizar la posibilidad 
de que siga abierta hasta el fin de su vida natural. 


Es la última mina que permanece activa en la comarca 
del Alto Sil leonés.


Todo mientras, de manera paralela, la Comisión 
Europea y la Junta de Castilla y León trabajan 
para contar, en un plazo entre seis y ocho meses, 
con un plan regional que garantice el futuro de 
las actividades en la comarca, lo que permitirá 
«solapar los dos procesos, por un lado, darle 
futuro, reordenar y legalizar plenamente las 
actividades económicas, y por otro, cumplir 
el último fleco de la sentencia del 24 de noviembre 
de 2011». De hecho, el comisario europeo ya 
tiene formalizado este plan que «vendría a garantizar» 
las actividades futuras de la zona en las comarcas 
de Alto Sil y Babia.


Herrera trasladó ayer el propósito del Ejecutivo 
autonómico de hacer conciliables las obligaciones 
y las exigencias que se derivan de la sentencia 
del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea 
y recordó que el cierre de las minas a cielo abierto 
supondría la pérdida de 2.000 empleos en las 
comarcas mineras, el 60% de la población activa. 


Son, sentenció Herrera, «consecuencias absolutamente irreparables». En tono irónico, pero serio a la vez 
expuso que el fin de la minería tradicional podría 
llevar a estas zonas del noroeste leonés a ser 
«un maravilloso paraíso natural», pero donde 
la vida de las personas «estuviera completamente 
ausente» porque carecerían de un empleo con el 
que subsistir y mantenerse en ellas. «Por activa, 
por pasiva y por perifrástica» Herrera le insistió 
al comisario que «están en juego» dos millares de 
empleos, una cifra nada desdeñable si se tiene en 
cuenta la actual situación económica y la tasa de 
paro de España.


La sentencia del Tribunal de Luxemburgo acusa 
a España de no adoptar las medidas necesarias 
para evitar el deterioro de los hábitats, del espacio 
natural de las especies del oso y el urogallo y las 
perturbaciones que les ocasionan por la explotación 
de 'Feixolín', 'Fronfría' y 'Ampliación de Feixolín'. 


A este respecto, la Junta de Castilla y León 
acordó el pasado 23 de febrero el allanamiento 
judicial a las pretensiones de anulación de las 
autorizaciones de Nueva Julia, Ampliación 
de Feixolín y Los Ladrones.