lunes, 23 de julio de 2012

EL LOBO MÍTICO





El aspecto maléfico del mito del lobo lo asocia a las tinieblas, a los infiernos, al pecado, al engaño, a la violencia; a la voracidad (lobo) y la concupiscencia (loba). Este fue el significado promulgado por los cristianos, que lo asocian con el diablo, y el culto al mismo en la Europa medieval. Será un obstáculo en la ruta del peregrino para los árabes y, en ocasiones, también para los hindúes.


Sin embargo, en su aspecto benéfico, el lobo es un símbolo de luz, un símbolo celeste, asociado a divinidades solares como Apolo. Representará las cualidades de fuerza y valor, y aparecerá en numerosos mitos fundacionales de ciudades, dinastías y clanes. 


La noción del lobo como guerrero enfurecido, fuera de sí, aparecerá en Roma, asociado al dios Marte, pero también entre los pueblos del norte de Europa en la forma de los berserks, y como símbolo de iniciación en sociedades guerreras de todo el mundo. 


La loba encarnará la divinidad ctónica, la fecundidad, y frecuentemente aparecerá como nodriza de personajes importantes en la historia de los pueblos que le rendirán culto. 


Por último el lobo, como otros cánidos, será asociado a la muerte y a los infiernos, así como al descenso hacia la oscuridad iniciática. G. Durand señala que existe una convergencia entre la mordedura del cánido y el temor al tiempo devorador, Cronos, devorando el tiempo humano, y los astros que éste emplea para medirlo. Sin embargo, es también el aspecto luminoso del lobo el que conduce no sólo a los muertos, sino a las almas de los vivientes, por el camino adecuado, para evitar su extravío, o bien haciéndoles superar diversas pruebas, actuando a un tiempo como guía y guardián de los misterios que entraña la oscuridad en la que él ve.


El mito del licántropo, del hombre transformado en lobo, del que aquí se muestran algunas trazas, se tratará en una sección a parte, debido a su extensión y profundidad.





ITALIA 


Tal vez el mito clásico más conocido acerca del lobo está en la leyenda de la fundación de Roma, según la cuál el dios Marte se enamoró de Rhea Sílvia, una virgen vestal; de su unión nacieron los gemelos Rómulo y Remo, que fueron introducidos en una cesta y lanzados al río Tíber, del cual los rescataría una loba y los criaría como si fueran sus propios cachorros, hasta el momento en el que el pastor Faústulo los recogería y los dejaría al cuidado de Acca Larentia. Algunos autores apuntan que Acca Larentia pudiera ser en realidad la loba, la palabra latina lupa, designa a un mismo tiempo loba y prostituta. En todo caso, la loba pasó a ser el emblema de Roma, apareciendo en sus monedas y monumentos. 


El lobo en la mitología romana está asociado a Marte, dios de la guerra, como el mismo dios, en otros países, evocará también una idea de fuerza mal contenida, gastándose con furor, pero sin discernimiento. 

GRECIA 


En Grecia el lobo se asocia fundamentalmente a a figura del dios Apolo. Delphos (antiguamente Liconia) había sido fundada por los supervivientes de un diluvio, guiados por los aullidos de los lobos. Pausánias narra la historia en la que un saqueador del santuario de Apolo fue muerto por un lobo, que no dejó de aullar hasta que las gentes acudieron al lugar y encontraron el tesoro secuestrado, devolviéndolo al templo y erigiendo allí un lobo de bronce junto al altar mayor. En otro episodio, Apolo tubo un hijo con la hija del rey Minos, Miletos pero éste fue abandonado y recogido por una loba hasta que, posteriormente fue recogido por unos pastores; de este modo fue como el fundador de Mileto, en Asia Menor, pudo sobrevivir. 


El lobo también fue una de las formas atribuidas a Zeus (Lykaios), a quien se propiciaron sacrificios, para poner término a las sequías y plagas naturales de cualquier especie.


El lobo como divinidad infernal existe también en la mitología grecolatina : la loba de Mormólice, nodriza de Aqueronte (el barquero de los infiernos); también Hades, señor de los infiernos, se reviste con un manto de piel de lobo, y entre los etruscos, el dios de la muerte tiene orejas de lobo.

ESCANDINAVIA 


La boca del lobo, en la mitología escandinava, es un símbolo de reintegración cíclica, similar al que encontraos en la india, Skoll y Hati son gigantes en forma de lobos que persiguen al sol y a la luna,y eran causa de los temidos eclipses, en los que se los hubieran tragado, de no ser por los hechizos forjados contra ellos. A Fenrir, el lobo gigante, únicamente la magia de los enanos logrará contenerlo un tiempo, hasta la batalla final, en la que éste se liberará y se enfrentará al dios Odín, derrotándolo, y muriendo a su vez a manos de su hijo. 


Sin embargo, Odín, el dios principal, también se asocia al lobo en múltiples ocasiones, llegando a adoptar su forma. Lo acompañan siempre dos lobos, Gere y Freke, a los que alimenta en el banquete de los guerreros que han muerto con honor, en el Valhalla.


El lobo también está asociado a la imagen del Berserk, un guerrero ritualmente metamorfoseado en animal, llevado por un furor agresivo que lo hacía invencible.





INDIA 


En el Rigveda el devoto le pide al sol, dios Pushan, que aparte del camino del hombre piadoso al hombre pernicioso; en otro himno, se habla de la codorniz prisionera en la garganta del lobo Vrika, posteriormente liberada; aquí la codorniz es un símbolo de luz, y la boca del lobo las tinieblas, los infiernos; la liberación de las fauces del lobo es la aurora, la luz iniciática que sucede al descenso a los infiernos.


Sin embargo, en la civilización hindú, el lobo también es héroe, así, en la epopeya del Mahabharata, Vridokara (vientre de lobo) representa el valor, el honor y la victoria del héroe.




MONGOLIA

En esta zona, el mito del lobo azul reviste una fundamental importancia; el lobo azul, Bortä-Tchino, o lobo celeste simboliza la luz uránica, el rayo; es la pareja de la cierva blanca o leonada, que representa a la tierra, en la unión sagrada de tierra y cielo, padres de la dinastía Khan, de la cual sería descendiente Gengis Khan.




TURQUÍA

Una leyenda explica cómo un pueblo fue masacrado, salvándose sólo por descuido un niño, que sería recogido por una loba y protegido en su guarida. Posteriormente la loba se convertiría en su mujer, y la descendencia de ambos sería el origen de los primero turcos. Cada año, se ofrecían sacrificios en la gruta en la que la loba habría dado a luz a los antepasados, lo que nos recuerda a las lupercales romanas, y al igual que entre los romanos, entre los turcos el lobo es un símbolo propiciatorio de fecundidad. En Anatolia, aún se ve a las mujeres estériles invocar al lobo para tener hijos. En Kamchatka, en la fiesta anual de octubre, se fabrica una imagen del lobo de heno y se conserva un año con el fin de que despose a las jóvenes de la aldea.




EGIPTO



Los egipcio tenían un dios lobo de los muertos, llamado Upuaput, "el que abre camino", encargado de guiar la barca del sol en su desplazamiento nocturno. Upuaput tenía una ciudad que posteriormente los griegos llamarían Licópolis. Según Diodoro de Sicília, un ejército de lobos habría detenido una invasión etíope sobre el territorio, y el nombre conserva el recuerdo de la victoria de los lobos sobre el enemigo. 


Cuando el dios lobo era invocado por los vivientes, los conducía por múltiples pruebas hasta llegar al camino de los Bienaventurados, lugar dónde Osiris los acogía e impartía sus enseñanzas. También, según Diodoro de Sicilia, el mismo Osiris resucita en forma de lobo para ayudar a Isis, su esposa, y Horus, su hijo, a vencer a su malvado hermano Set.



INUITS


Una leyenda cuenta que al principio sólo existieron una pareja de humanos, sin animales; y la mujer pidió a Kaïla, dios del cielo, que poblara la tierra. Éste mandó perforar un agujero en el hielo, como los empleados en la pesca y de allí salieron todos los animales, el último de los cuales, y más preciado, fue el caribú que daría alimento, pieles y otros enseres a la comunidad. Sin embargo, al cazar a los mejores, pronto no quedaron más que los enfermos o débiles. Entonces la mujer volvió a pedir ayuda y, por el mismo sistema, pescó al lobo, enviado por Amorak (el espíritu del lobo), para que devorara a los animales débiles y mantuviera la calidad del caribú.



CHINA Y JAPÓN



La China igualmente conocía un lobo celeste (la estrella Sirius), guardián del palacio celestial (la Osa mayor). El carácter polar se encuentra en la atribución del lobo al norte. Este papel guardián da lugar al aspecto feroz del animal. En ciertas regiones del Japón fue invocado como protector.



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