domingo, 20 de mayo de 2012

EL SEXO DE LO LOBO IBERICO CON PERROS AMENAZA SU PUREZA GENETICA






A los disparos de los furtivos, los cepos, 
los atropellos, los venenos y la caza permitida 
en Castilla y León y Galicia se suma ahora una 
nueva amenaza para los 2.000 lobos que quedan 
en la Península Ibérica. El mayor estudio genético 
realizado hasta la fecha en esta especie ha 
encontrado que el 4% de los ejemplares analizados 
son híbridos, hijos de perros y lobas. El sexo con 
los canes amenaza con diluir a la larga los genes 
de esta especie emblemática. Los científicos han 
estudiado 208 lobos ibéricos. Ocho de ellos, en 
realidad, son híbridos, procedentes de Asturias, 
Salamanca, Lugo y Minho (Portugal). El fenómeno 
 es relativamente excepcional, pero se extiende por 
los bordes del área de distribución de la especie.

Los investigadores, dirigidos por la genetista Raquel 
Godinho, de la Universidad de Oporto, alertan de 
que es un problema "preocupante" y recuerdan el 
caso del lobo etíope, cuyas características genéticas 
se diluyeron por el cruce con perros asilvestrados. 
Algunas administraciones públicas, como la Xunta 
de Galicia, trabajan ya en protocolos para patrullas 
de guardas que peinen los montes y eliminen a los 
lobos híbridos con armas de fuego. El Principado 
de Asturias ya ha abatido a tiros a algunos 
ejemplares.

Los autores admiten que es "prematuro" extrapolar 
el porcentaje del 4% de híbridos de su estudio a 
toda la población de lobos ibéricos, pese a que la 
cifra coincide con la de trabajos similares realizados 
en Italia. Sin embargo, reconoce Godinho, la situación 
puede ser peor de lo que se cree. "La forma en la 
que hemos recogido las muestras puede haber 
ayudado a subestimar la hibridación", afirma. La 
mayor parte de las muestras se han tomado de 
animales muertos y descritos como lobos por su 
aspecto. Si los cadáveres parecían de perro, 
no se tomaban."Estamos ante un problema 
de gestión y conservación. Queremos conservar 
lobos que sean lo más lobos posibles", explica el 
consultor Luis Llaneza, coautor del trabajo.

Los nuevos métodos genéticos han permitido 
por primera vez detectar híbridos de perro y 
lobo en España. Anteriores estudios no hallaron 
ni rastro, porque se fijaban en el ADN mitocondrial, 
que se transmite de madres a hijos. Como los 
cruces ocurren aparentemente sólo entre perros 
macho y lobas, no se detectaba huella genética 
en los hijos. El nuevo estudio, sin embargo, se ha 
concentrado en el cromosoma Y de los machos.

"
En las condiciones actuales no se encuentra 
un impacto de la hibridación en la población 
que justifique pensar que el lobo ibérico tendrá 
una modificación de sus características genéticas", 
tranquiliza Godinho, que insta a las administraciones 
española y portuguesa a "tomar algunas medidas 
de conservación para evitar que ocurra". La solución, 
proponen, es la "esterilización o erradicación" de los 
lobos mezclados con perros. "Creemos que los valores 
de hibridación son suficientemente relevantes como 
para ser objeto de medidas de gestión", demanda 
Godinho.

La Estrategia para la Conservación y la Gestión 
del Lobo en España, aprobada en 2005, ya menciona 
el problema de la hibridación, aunque lo minusvalora,      considerándolo "probablemente más raro de lo que 
previamente se creía". La estrategia, no obstante, 
insta a "fomentar la eliminación de perros asilvestrados", 
a la espera de "profundizar en el conocimiento" 
del proceso de hibridación mediante estudios 
moleculares.


El nuevo análisis, por el contrario, sugiere que 
la hibridación puede ser "más prevalente de lo 
que se pensaba". Los trabajos disponibles cuando 
se aprobó la Estrategia no habían hallado indicios 
de hibridación. El más amplio, llevado a cabo por 
el biólogo Carles Vilà en 1997, analizó el ADN 
mitocondrial de un centenar de lobos sin hallar 
mestizaje con perros. Otro trabajo de 1992 no 
detectó nada tras el análisis de la morfología de 
600 lobos muertos en España.

A la luz de los nuevos resultados, Vilà, que no
 ha participado en este estudio, cree que "si la 
tasa del 4% de híbridos es cierta, se podría perder 
la especie en unas décadas", si los descendientes 
de perros y lobas prosperan. "Lo importante ahora 
es investigar qué pasa con los híbridos. Si tienen 
éxito al integrarse con otros lobos, pueden llegar 
genes de perro a los lobos, así que los lobos serán 
más perrunos", alerta el experto, de la Estación 
Biológica de Doñana (CSIC). El propio Vilà 
ultima otro estudio genético más amplio que 
puede desvelar qué está ocurriendo exactamente 
en los últimos grupos de lobo ibérico de 
la Península.

El trabajo dirigido por Godinho, que se acaba 
de publicar en la revista Molecular Ecology, 
detalla que tres de los lobos híbridos detectados 
proceden de retrocruzamientos: sus padres ya 
eran híbridos y volvieron a cruzarse con los lobos. 
Los tres se han encontrado en Asturias, cerca 
de las localidades de Bobia y Penouta. "Esto 
constituye una fuerte evidencia de que los 
híbridos no sólo son criados, sino que pueden 
integrarse en las poblaciones de lobos", 
advierten los autores.

"Independientemente del porcentaje de 
híbridos [...], los resultados de este estudio 
deben tomarse con gran preocupación desde 
el punto de vista de la conservación, porque 
evidencian una continua hibridación", prosiguen 
los investigadores. En su opinión, la "posible 
existencia de un gran número de individuos híbridos" 
puede tener demoledoras consecuencias sociales 
y políticas. La pérdida de la pureza genética de 
la especie, subrayan, puede "afectar a la percepción 
del lobo como símbolo de la naturaleza indómita".

Este rechazo social a una especie por motivos 
genéticos tiene precedentes. En la década de 
1990, un grupo de científicos llegó a la conclusión 
de que el lobo rojo, un cánido en grave peligro 
de extinción del sureste de EEUU, no era una 
especie con identidad propia, sino el fruto de 
la hibridación entre lobos grises (nuestro lobo 
ibérico) y coyotes. Muchos políticos preguntaron 
qué hacía el Gobierno estadounidense invirtiendo 
millones de dólares en programas de protección 
para una especie que no existía. Estudios posteriores 
han devuelto el estatus de especie al lobo rojo, 
aunque parte de la comunidad científica sigue 
impugnándolos.

El nuevo análisis en la Península Ibérica, como 
ya ocurrió en Italia, constata que el aspecto de 
los híbridos es más oscuro que el de los lobos 
puros. Y esta pérdida de identidad se suma a 
la fama de alimaña que todavía colea en los 
pueblos españoles, pese a que un estudio de la 
Estación Biológica de Doñana mostró en agosto 
de 2010 que buena parte de los ataques a las 
ovejas atribuidos a los lobos son obra de perros 
asilvestrados. Y nadie quiere gastar dinero en 
tiempos de crisis en conservar un bicho malo 
con una mezcolanza de genes. Los investigadores 
temen esta posibilidad y son conscientes de la 
dificultad de cambiar la opinión pública.

Para Juan Carlos Blanco, coautor del estudio 
y promotor de la Estrategia de 2005, "la única 
solución es eliminar a los perros asilvestrados 
y a los híbridos, porque esterilizarlos es 
demasiado caro". A su juicio, de momento, 
"el problema no es tan grande, porque los 
lobos mantienen su estructura genética".












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