viernes, 20 de abril de 2012

LA RABIA DEL LOBO

                                                                                                                                           

El lobo
no duerme esta noche,
siente la rabia
azotando su sien.
El lobo
acecha el horizonte,
sabe que hoy no estará solo,
El lobo
inquieto camina despacio
siente los nervios,
se mantiene sereno.
Está cansado y triste
pero sus fuerzas no han cedido.
Silencio.
Se escucha un perro ladrar
otro a lo lejos aullar,
los muy miserables
intentan imitarle,
pues también saben
llorar a la luna.
El lobo
siente que la furia
eriza su pelaje,
los ojos se inyectan en sangre
y un gruñido
rasga su garganta.
Los perros
aúllan con mas fuerza,
pidiendo prestada
un poco de atención,
intentan destacar ante los demás.
El lobo
contempla la escena,
una de las más
patéticas de su vida.
Los perros
se sienten orgullosos,
piensan que están haciendo
una fructuosa tarea.
El lobo
continua gruñendo,
rasgándose la garganta
dando vueltas a su alrededor.
La luna
se mantiene callada
majestuosa desde lo mas alto
contemplando la escena
entre nubes y estrellas.
El atronador aullido del lobo
golpea en la mente
de todo ser viviente
causando un incómodo silencio
y una situación inquietante.
Se despierta la rabia
y reacciona ferozmente 
desgarrando trozos de carne
con sucias garras,
mordiendo cuellos,
rompiendo yugulares
para terminar con los aullidos
de los apestosos perros
y recrearse mas tarde
con sus cadáveres
desgarrándoles el pelaje
dejando la carne abierta
para que los buitres a la mañana
tuvieran con que alimentarse
y continuar así
con su mísera vida.
Abriéndose paso
por un río de sangre,
para llegar a la luna
y así hacerle el amor
el resto de la noche
y que los miserables perros
que queden agonizantes
contemplasen la escena
sin poder hacer nada,
porque la luna
tenía un dueño,
el único animal
entre todos los hombres
capaz de reventar tímpanos
con ladridos
y hacerlos sangrar
con un atronador gruñido.
El lobo
es el único,
que sabe aullar a la luna.
El lobo,
marca su territorio
a mordiscos y zarpazos.
El lobo,
defiende lo que ama.
Por encima de todo.

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