Supuestamente, o al menos por lo que conocemos, el término Chamán , al que se nombra Shamán, deriva de un nombre originario los tungúes,tribu indígena de Siberia. Este nombre era Samán, según se lo nombró más tarde en sánscrito y Samana en Pali.
Samana deriva de maná, palabra de origen polinesio, al igual que el chamanismo en sí mismo, que significa “el campo de fuerza personal de aquellas personas que tienen relación con lo sagrado o determinadas ánimas, divinidades o espíritus” (1) , por lo tanto el Shamán era el hombre que estaba en contacto con el campo de fuerza o energía, el hombre que buscaba la energía, aunque más tarde, ésta acepción pasó a significar, hombre que se contacta con los espíritus. Por lo tanto, el nombre antropológico, que es el que recién nombramos, nos deja dicho al mismo tiempo la función, que originariamente era de neto corte espiritual.
Vamos a dar una definición un tanto más amplia de lo que significa maná para las diferentes culturas, dado que precisamente es éste término el que lo liga a lo espiritual, al mismo tiempo que conecta al chamanismo con otros tantos credos como por ejemplo el taoísmo.
Se considera en las distintas creencias y religiones, que el maná (2) “es una fuerza ,diferente del espíritu, que se encuentra en todo el universo. Este maná se puede encontrar en todos los seres vivos y atravesando todo el universo, fundamentalmente en el sol y en los alimentos”
Otra definición un tanto más amplia nos dice que “… es una fuerza, una influencia de orden inmaterial, y, en cierto sentido, sobrenatural. Pero se les revela por la fuerza física, o bien por toda especie de poder o superioridad que el hombre posee. El maná no se encuentra fijo sobre un objeto determinado; puede estar en todo objeto…” (3)
Para cerrar esta serie de datos sobre algo primordial con respecto al chamanismo, como lo es la fuerza que maneja, esto es, el maná, vamos a agregar esta definición que va un poco más allá:
¨Todos los primitivos han explicado o intentado explicar, las actividades del universo por un concepto dinámico al que se puede denominar fuerza mágica. Esta fuerza es bastante difícil de definir. Es de naturaleza material, aunque invisible e impalpable, y se la puede comparar a una llama oscura o a un soplo inasible; es además, de una naturaleza inteligente y, sin ser un espíritu, participa de la naturaleza espiritual. Puede definírsela como una especie de fluido material despropósito de inteligencia personal, pero susceptible de recibir, de incorporarse y de repercutir la impresión de todas las ideas y de todos los espíritus…El hechicero o el mago es quien está particularmente dotado de maná; de éste extrae sus fuerzas; los nombres de los especialistas en magia están casi todos dotados de ésta palabra: peinmana, gismana,mane hisu, étc. Se lo ha comparado con el éter; con más exactitud, debe comparárselo con una especie de espíritu impersonal y sin ideas propias, en el cual las intenciones de los hombres y de los espíritus se incorporarían para lograr precisamente su objetivo.” (4)
En cierta forma, todas estas definiciones dejan implícito que los chamanes manejaban o aspiraban a manejar esta fuerza a la que podría denominarse de carácter arquetípico, dado que es una fuerza autónoma que puede incorporarse o manejarse en diversas formas. Esto es un poco lo que determinaba también Geoge Frazer al hacer una clasificación de los diversos tipos de magia que encontraba en los pueblos primitivos. Es justo decir que en el caso de Frazer, que definió éstos tipos de magia, y que la antropología (en general) y la sicología (“Tótem y Tabú”) tomaron como ciertos -aunque algunos, como en el caso de Freud con más respeto (5) – lo hizo precisamente con el criterio de desacreditar estas formas como pensamiento para el primitivas (6) , sin embargo, hoy la física cuántica lograría que Frazer abandonara éstos postulados cosa que, también es justo decirlo, no tendría ningún empacho en hacer.
Frazer sostenía que había dos principios fundamentales en los cuales se fundaba la magia: el primero, que lo semejante atrae a lo semejante, y el segundo, que las cosas que una vez estuvieron en contacto se actúan recíprocamente a distancia, aun después de haber sido cortado todo contacto físico.
El primero de éstos principios se llama Ley de Semejanza o magia homeopática y el segundo Ley de Contagio o magia contaminante ambas forman parte de lo que daba en llamar Magia Simpatética.
Los chamanes, como veremos más adelante, convocaban para fines determinados a la fuerza a la que hicimos referencia, a través de sus danzas y rituales y de todas las técnicas de éxtasis
Sin embargo, la función que cumplía o cumple todo chamán, para la cual adquiría el maná, es doble, pero podría unificarse en una sola acción, dado que el chamán cura a través del espíritu, por tanto, es sacerdote y médico. Sin embargo, no damos a éste tipo de sacerdote la característica del sacerdote convencional, tal cual lo conocemos, que al decir de Joseph Campbel, establece una diferencia con el chamán:
“La diferencia entre un sacerdote y un chamán, es que un sacerdote es un funcionario, en tanto que un chamán es alguien que ha recorrido una experiencia. En nuestra tradición, es el monje que busca la experiencia, mientras que el sacerdote es el que ha estudiado para servir a la comunidad”.(7)
Lo que hace que a través de lo chamánico encontremos la esencia del hombre, lo sagrado, es el hecho de que el chamanismo es un sistema establecido en todo el mundo, pues todas las tribus originarias de cada continente, han tenido y tienen grupos o comunidades que practicaban y practican el chamanismo. Cada tribu tiene a su sacerdote y a su médico, en algunas de ellas, esta función era cumplida por separado, es decir, por dos personas, sin embargo, cada una de ellas tenía la misma preparación. Vale agregar que si bien el chamán cumplía ambas funciones, esto no significaba que cualquier hombre-medicina o cualquier sacerdote, fuera chamán.
Mircea Elíade marca esto con especial claridad al decir que “el chamanismo es la técnica del éxtasis”, determinando que si el sacerdote o el médico no dominaban éstas técnicas, no eran chamanes.
La elección
Es curioso observar que el lugar del chamán, no era habitualmente, escogido por la persona que iba a ocuparlo, sino que era determinado por herencia , o por elección del pueblo por las características específicas de determinadas personas.
Podría decirse que en la mayoría de los pueblos que practican el chamanismo, se dan dos tipos de elección llegando a determinar hasta un tercero, Elíade los nombra de ésta manera:
1. Por transmisión hereditaria
2. Por vocación espontánea (llamamiento o elección)
3. Se da el caso de individuos que se convierten en chamanes por propia voluntad, pero son considerados más débiles que los que han heredado ésta profesión o han seguido el “llamamiento de los dioses o de los espíritus”.
4. Cabe aclarar que “en ninguno de éstos casos es reconocido como chamán sino hasta después de haber recibido una doble instrucción” que veremos luego.
En el primer caso, es decir, transmisión hereditaria, el aspirante a chamán en realidad acepta un cargo que le es transmitido, generalmente por vía materna. Esto podría encuadrarse un poco en los Freud y Frazer nombra como rasgos característicos de la formación de clanes primitivos.
El chamán recibe el cargo, no solamente decidido por sus padres, sino también por toda la comunidad. Habitualmente, este cargo es aceptado, sin embargo, ha habido casos en los que el elegido se resistía a aceptar éstos cargos, sobre todo en las comunidades actuales en las que la “civilización” ha entrado, y en las que el elegido piensa, en algunos casos, en que su propia comunidad practica éstos ritos por ignorancia. Curiosamente, llegada determinada edad, los elegidos que no han aceptado el cargo, enferman gravemente, estén donde estén, y terminan por aceptar su encargo.
Un ejemplo conocido es el de un chamán que abandonó a su clan pues pensaba que la ciencia era la panacea, y que a través de ésta, el podría curar a los de su clan. Pasado el tiempo, ingresó en academias de medicina y llegó a profesionalizarse. Sin embargo, ya como médico, veía que con su medicina, el porcentaje de los que el curaba era muy inferior al del que curaba su padre “con humitos, plantitas y oraciones”.
Más allá de la doble lectura que pueda hacerse de éste ejemplo (sentimientos de culpa, étc.), lo cierto es que todos los casos de rechazo del cargo terminan indefectiblemente con la aceptación de éste, por enfermedad o por decisión.
En el segundo de los ítems, por vocación espontánea, el futuro chamán no pertenece a linaje alguno, sin embargo, desde niño logra demostrar cualidades para tomar el cargo y recibir la iniciación.
Es interesante detenernos en éste punto, que es el que la mayoría de los científicos toman para determinar que el chamanismo, más que una postura espiritual, religión, o vocación frente a la vida, es una patología.
La mayor parte de los aspirantes a chamanes, por herencia o vocación, tienen cualidades que generalmente se manifiestan, según se ha observado en diversas tribus, sobre todo en las zonas de muy bajas temperaturas, sufren de trastornos de tipo epileptoides, y en algunos casos de cierta aparente debilidad mental. Esto hizo que los psiquiatras y psicólogos tomaran un tanto a risa la elección de los chamanes como depositarios de la enfermedad de la tribu al mismo tiempo que como un símbolo de lo que para ellos era lo espiritual.
Sin embargo Mircea Elíade hecha por tierra esta teoría y estas apreciaciones, al decir que si bien son ciertos dichos síntomas en los aspirantes a chamanes, también es cierto que a partir de su iniciación como tales, dichos síntomas desaparecen.
“Y es preciso también tener en cuenta el hecho de que la iniciación propiamente dicha no exige únicamente una experiencia extática, sino que, como vamos a verlo, lleva aparejada también una instrucción teórica y práctica demasiado complicada para ser accesible a un neurótico. Que estén o que no estén sujetos a ataques reales de epilepsia o de histeria, los chamanes, los hechiceros, los hombres – médicos en general, no pueden ser considerados como simples enfermos, porque su experiencia psicopática tiene un contenido teórico. Si se curan a sí mismos y saben curar a los demás, es, entre otras cosas, porque conocen el mecanismos – o mejor aún, la teoría- de la enfermedad”.{8}
Además, la desaparición de los síntomas, más que por causas mágicas, también se debe a la resolución de una crisis, como el mismo Elíade la define:
“La vocación chamánica, al igual que cualquier otra vocación religiosa, se manifiesta por una crisis, por una ruptura provisional del equilibrio psíquico del futuro chamán”.
Podemos encontrar un punto de contacto entre lo que dice también Alfredo Moffatt: “… no sólo por imaginar se está loco. Es necesario además que se cumpla otra condición: que quien imagina lo haga solo, quede fuera de todo grupo y descodifique el caos de la realidad de acuerdo con un código subjetivo que nadie comparte, y éste código será su delirio o neurosis…”(9)
Este es un dato a tener en cuenta: los chamanes nunca se autonombraron chamanes. Tampoco ningún chamán dice o sabe que lo es, dado que actualmente, esta denominación es dada desde afuera, sin embargo ser chamán es cumplir con una función ganada a través de la experiencia, experiencia de corte transpersonal, que determina la capacidad en particular del chamán para serlo. Las pruebas de todo aquel que esta nombrado para cumplir con la función de chamán, son tan rigurosas que quien no las supera es porque primero encontró a la muerte o a la locura.
Chamanismo y éxtasis
En el punto tres de los criterios de elección de un chamán, decíamos que aun los chamanes voluntarios deberían someterse a un período de instrucción antes de poder se denominados como tales.
Mircea Elíade nos habla de dos instancias o categorías en la instrucción de un chamán, según como fuera visto en todos los pueblos que practican éste sistema.
La primera categoría de instrucción se denomina De orden extático, que es la que los chamanes adquieren a través de los sueños, trances, etc.
Esta categoría pertenece a un mundo o a un orden que queda fuera de nuestro alcance desde la lógica formal.
Los chamanes provocan éstos trances para acceder, supuestamente, a recibir la instrucción de sus ancestros y participar de todos los conocimientos que configuran la formación de un chamán.
Entre ellas podemos nombrar las, como una de las principales, principales al “vuelo del chamán”, a su encuentro con los espíritus, que generalmente son la esencia de las enfermedades que más tarde va a poder curar; el descenso a los infiernos, el descuartizamiento y la nueva reintegración del chamán, ya con los poderes de los cuales va a disponer el resto de su vida.
Vamos a describir detalladamente cada una de éstas instancias por las que el chamán, en mayor o menor medida, atraviesa.
Antes vamos a aclarar que precisamente es éste uno de los puntos que colocan al chamanismo fuera de las patologías, porque en las diversas tribus, a lo largo del mundo y de las diferentes épocas, la composición de estas iniciaciones es exactamente la misma. Entonces más que hablar de una patología, deberíamos hablar de algo cultural, de una costumbre.
Cabría mencionar algo muy interesante, que es la descripción que hace Jung sobre la base de los mitos, al decir que …
“los mitos son, ante todo, las manifestaciones psíquicas que reflejan la naturaleza del alma..”
“…El hombre primitivo es de una subjetividad tan impresionante, que en realidad la primera presunción hubiera debido ser que existe una relación entre el mito y lo psíquico. Su conocimiento de la naturaleza es esencialmente lenguaje y revestimiento exterior del proceso psíquico inconsciente. Precisamente el hecho de ser inconsciente es lo que hizo que para explicar el mito se pensara en cualquier otra cosa antes que en el alma. Pues no se sabía que el alma contenía todas las imágenes de que han surgido los mitos, y que nuestro inconsciente es un sujeto actuante y paciente, cuyo drama el hombre primitivo vuelve a encontrar en todos los grandes y pequeños procesos naturales.”(10)
Por tanto, ¿puede ser el conocimiento de los contenidos arquetípicos del alma?, ¿ puede acceder a este conocimiento a través del éxtasis?.
Podríamos aclarar aquí, si se quiere, que estas expresiones nos llevan a pensar dos cosas: la primera es que el salvaje, más allá de serlo, tenía una sensibilidad exquisita con respecto a los subjetivo, y la segunda, es que el primitivo (aborrezco llamarlo salvaje) conforma las primeras capas evolutivas de la psiquis tal cual la conocemos hoy.
Cabría volver a citar a Freud con la cita que mencionáramos antes:
“Advertimos perfectamente que con éstas tentativas de explicación nos exponemos al reproche de atribuir al salvaje actual una sutileza psíquica que traspasa los límites de los verosímil. Pienso, sin embargo, que con la psicología de los pueblos que han permanecido en la fase animista podría sucedernos lo que con la vida anímica infantil, cuya riqueza y sutileza no han sido justamente estimadas, durante mucho tiempo, por la falta de comprensión de los adultos.”
Volviendo a las categorías de instrucción, decíamos que hay una serie de iniciaciones que forman parte de éstas experiencias extáticas que determinarán precisamente, la capacidad de los chamanes de entrar en éxtasis ( sobre algunas de ellas volveremos en otras partes del libro al hacer referencia a modernos sistemas filosóficos que coinciden con los procedimiento, o los objetivos de éstos como finalidad).
“…los escasos documentos de los que disponemos acerca de los sueños chamánicos, nos muestran a las claras que se produce así una iniciación cuya estructura es ampliamente conocida en la historia de las religiones, que no se trata en ningún caso de alucinaciones anárquicas ni de una afabulación estrictamente individual; estas alucinaciones y afabulaciones se atienen a modelos tradicionales coherentes, bien articulados, y de un contenido teórico asombrosamente rico…”
Según Elíade: “el contenido de las experiencias extáticas iniciales, admite casi siempre uno o varios de los temas siguientes:
1. Descuartizamiento del cuerpo
2. Seguido de una renovación de los órganos internos y de las vísceras
3. Ascensión al cielo y diálogos con los dioses o los espíritus
4. Descenso a los infiernos y conversación con los espíritus y las almas de chamanes muertos
5. Diversas relaciones de orden religioso y chamánico.
En los dos primeros puntos podemos encontrar dos ritos de carácter sacrificial, en los que el chamán, siempre en estado de éxtasis o trance, vivirá y generalmente observará, el descuartizamiento de su propio cuerpo, como forma de purificación y entrega, al tiempo que cada órgano de su cuerpo será vuelto a colocar en su sitio, luego de haber sido purificado o revestido de cualidades especiales que le conferirán el poder chamánico.
El tercer punto determina la adquisición de los secretos y fórmulas que ayudarán al chamán a cumplir con su misión, y que también determinará, en cierta forma, la aceptación o no de los dioses con los cuales se encuentren.
El cuarto punto permitirá que el chamán conozca a fondo a los males y demonios con los cuales lidiará y se reencontrará ante cada curación que realice.
El chamán precisamente, cumple la función de contactar al enfermo con el espíritu de la enfermedad, al que padece con lo que padece que en cierta manera, es cumplir la función de hacer tomar contacto al enfermo con la situación que hizo que ésta enfermedad lo ataque, esto es, conocer a fondo la causa de la enfermedad.
El quinto punto llevará al chamán a conocer su propio origen , a que responde y a qué se enfrenta.
Durante el éxtasis en sí, el aspirante a chamán suele tener una serie de encuentros con viejos chamanes (ancianos), espíritus, o bien animales que son considerados como animales de poder.
Desde la psicología se ha dicho habitualmente, que la condición de persona especial (o enferma) en el aspirante a chamán, más las supuestas “alucinaciones” que el aspirante encuentra en el estado de éxtasis, transforman al aspirante en un alienado.
Sin embargo, podemos tomar dentro del campo de la psicología a la voz de Jung, que nos abre un poco el horizonte con respecto al tema.
Jung dice que:
“…no hemos tomado en consideración que el espíritu, gracias a su original autonomía que, desde el punto de vista psicológico también es innegable, está absolutamente en condiciones de revelarse así mismo…”
También dice que:
“…La manifestación psíquica del espíritu demuestra que tiene una naturaleza arquetípica, es decir, que el fenómeno que denominamos espíritu, se funda en la existencia de una imagen original, autónoma, que en forma preconciente existe en la disposición de la psiquis humana de manera universal…”"…El arquetipo es un contenido autónomo del inconsciente…”(11)
El espíritu, como arquetipo, se revela a sí mismo al hombre
Por tanto, no sería en absoluto descabellado plantearnos que el éxtasis permite al chamán tomar contacto con su propia alma o espíritu y disolverla para volver a reconstruirla con la nueva información obtenida de sí mismo, de su propio aspecto mitológico, tomando al mito como conocimiento del alma.
Aquí podemos ver un aspecto que es universal, y que puede trasladarse de lo individual a lo grupal. Siempre, para cualquier tipo de aprendizaje debe producirse un cambio, y este cambio no sería tal si no pudiésemos modificar cosas nuestras, por tanto, todo cambio, toda crisis requiere de una desestructuración para dejar lo viejo, incorporar lo nuevo y volver a estructurarse con los nuevos elementos adquiridos. Este esquema se repite en los grupos operativos, donde cada uno incorpora cosas del otro, juega con su opuesto, y sale transformado por el mismo grupo, de la misma manera que nuestras cosas interiores, nuestro esquema, queda plasmado en los otros.
Desde lo individual, es el ECRO el que debe modificarse para adoptar las nuevas pautas aprendidas, por tanto podemos decir que es ese el descuartizamiento que, en su interior, vive el iniciado antes de comprender el mundo desde una nueva óptica.
La requisición de tener éste acceso a lo extático en la instrucción chamánica, también tiene una finalidad de compromiso y entrega absolutos a esta función, aunque normalmente, el chamán no esté “trabajando de chamán” todo el tiempo, sino que, por el contrario, todo chamán, habitualmente tiene otras dedicaciones diarias de las cuales vive, para dedicarse solo por unas horas (probablemente por el consumo de energía que esto le demanda) , a la función de curador o sanador espiritual. Por otra parte:
“el hombre primitivo, como en todo ser humano, el deseo de relacionarse con lo sagrado contrarresta el terror de verse obligado a renunciar de su condición simplemente humana y a convertirse en un instrumento más o menos maleable de una manifestación cualquiera de lo sagrado (dioses, espíritus, antepasados, étc.)”.
Debemos tener en cuenta como miedo al vacío, a la disolución por parte del hombre común: miedo a la disolución como individuo, pero ese miedo se produce porque esta cultura marca la exhacerbación de la individualidad como modelo.
En las sociedades en las que el hombre forma parte de un todo, no se teme a la disolución del yo porque no hay vacío.
El acceso al conocimiento
Nombrábamos anteriormente a una segunda categoría en la iniciación chamánica, a la que habitualmente se le llama De orden Tradicional, constituida por técnicas, nombres y funciones de los espíritus, mitología y genealogía del don, lenguaje secreto, étc.
Estos elementos que nombramos, sobre todo la mitología, genealogía, al igual que la transmisión hereditaria por vía materna, forman parte de la constitución del clan totémico al que pertenecen.).
“…De los aspectos anteriormente nombrados, debemos tener en cuenta que “la instrucción”, cumple un papel importante, pero solo interviene después de efectuada la primera experiencia extática…”
En ésta primer experiencia extática, el aspirante demuestra no solo su cualidad para el dominio de las técnicas del éxtasis, sino que además, sufrirá durante esta primer visión, encuentros con ancianos, animales y espíritus de enfermedades, la iniciación que antes hemos mencionado. Cuando retorne de esta primer experiencia extática, ya no será el mismo.
En las formas de instrucción podemos ver que las de orden extático son técnicas para alterar a la conciencia, por tanto, como veremos más adelante, en el chamanismo de Castaneda podremos encontrarlas dentro de lo que también el llama categorías de instrucción, y éstas pertenecerían a las que da en llamar enseñanzas para el lado izquierdo, realizadas en un estado de conciencia acrecentada.
Por su parte, las de orden tradicional, figurarían dentro de las enseñanzas para la conciencia común, sin embargo podemos encontrar a la mitología bajo la forma de relatos de poder, o también canciones. Ambas tienen una influencia sobre la conciencia acrecentada, es decir, que por sí mismas pueden provocar estados de éxtasis o trance.
Lo que veremos como elementos del chamanismo -danza, tambores, plantas sagradas- podemos incorporarlas como parte de las instrucciones de orden extático, pues todas sirven como técnicas de éxtasis o de inducción al trance.
El trance ubica al chamán fuera del tiempo y del espacio, introduciéndolo en el tiempo sagrado:
“…Los antiguos chamanes no necesitaban nunca la ayuda de la datura para entrar en trance. Que los Yita.a Lhavos o Nivaklé de la selva, aprendieron el método de los Lengua, llamados por ellos Ilhái. Tiyayam, uno de los más afamados chamanes de la selva, también afirma lo mismo. Y agrega que los Lengua compusieron las canciones que se cantan para relacionarse con los espíritus de las daturas…”(12) .
Los relatos o historias de poder, tienen la cualidad de poner al chamán fuera de su estado normal de conciencia
, “… Estas historias deben su poder al hecho de ser únicas e individuales, y por consiguiente, distintas de los yoes sociales y de las expectativas colectivas de la realidad cotidiana. Además, son distintas por poseer un poder de unicidad que emana del acercamiento al centro creativo del individuo…
“…Al igual que con la lectura de un poema, su significado se revela con el transcurso del tiempo, conforme el individuo sigue viviendo y desarrollando otras perspectivas…”(13) .
Elementos de uso chamánico
Al igual que en todas las religiones existentes en la tierra, los chamanes se valen de ciertos elementos que les sirven de ayuda no solamente para sus rituales sino para entrar en la experiencia extática.
Casi todos los elementos que utiliza como aportes, son elementos no solo altamente significativos, sino que además están imbuidos de poder por si mismos. Algunos de los elementos que podemos nombrar, darán el ejemplo de lo que queremos significar, sin embargo, para ésto debemos estar abiertos para tratar de comprender, en la misma manera que el chamán comprende, lo que estos elementos aportan.
Decíamos al comienzo de este apunte que el camino del chamán es el camino de la búsqueda del poder, de un poder que es distinto y que pertenece a un mundo que nosotros consideramos sobrenatural.
Este poder es el maná, o imunú la energía que está presente en todas las cosas, y por lo tanto, cada elemento que utiliza el chamán tiene la finalidad de aportarle una cuota, a veces pequeña, otras no, de esta energía, energía que al mismo tiempo, el elemento posee porque lo ha ganado por sus propios medios.
“… Todos los seres existentes tienen dobles. Las ropas, los utensilios, las armas, todas las cosas. Las plantas, los animales y los hombres también. Este doble que hay en todo lo real, se presenta ante los ojos del hombre como sombra, reflejo o imagen.
…Esta sombra, que traducen en espíritu, y también es alma, no sólo es idéntica a su portador, en la apariencia, sino en las cualidades. Por ello no todas las cosas proporcionan espíritus que posean algún valor chamánico. Solamente aquellas que tengan alguna virtud o efecto, real o supuesto, darán al chamán, töye’ej, un espíritu auxiliar, vatavtö, que actuará de acuerdo a las cualidades del ser del cual fue extraído, y en concordancia con los deseos e intereses de dicho chamán…”.
Recordemos el respeto del indígena hacia todo lo que lo rodea, porque todo está imbuído de un a misma esencia, pero al mismo tiempo, esta misma esencia puede ser buena o mala según quién la posea.
Algunos de los elementos que vamos a ver son:
Plantas de poder
Tambores
Vestimenta
Animales de poder
Piedras
Y un elemento que el chamán utiliza que es la danza como elemento ritual, como veremos, el poder por si mismo que adquiere la danza, esta directamente ligado a lo sagrado que ella posea, y a lo que esta danza esté tratando de representar.
Recapitulando
Hemos visto hasta ahora las pautas clásicas que definen a un chamán, su visión del mundo, y la estructura de su sistema, que en apariencia pertenecen a una visión primitiva de la religión, o como dijera Freud, a una etapa animista de la humanidad, etapa que es incluso anterior a la magia.
Sin embargo, a medida que el tiempo avanza, se va viendo al mundo de los chamanes con otros ojos, dado que el avance del ser humano, sus nuevos descubrimientos y teorías, nos colocan en un lugar en el que nos damos cuenta que -a diferencias de fines del siglo pasado y principios de éste en el que la ciencia creía que la mecánica definía al mundo-, en realidad no estamos en condiciones de afirmar nada, y que en cierta forma, permanecemos en una ignorancia que, más allá de lo tecnológico, es bastante apabullante.
Cabría hacernos la misma pregunta que Jung cuando plantea que habiendo un mundo material y otro inmaterial, porqué habría de ser éste el mundo real.
Mientras que el hombre civilizado optó por la materia para encontrar a la energía, el chamán optó por la energía para encontrar el poder del espíritu.
Vuelvo a repetir que tampoco debemos ser necios y pensar que el indigenismo es la panacea universal, sin embargo, debemos tener en cuenta que es mucho más fácil para un ser básico llegar a la sabiduría de la existencia, porque más allá de las ciencias y su complejidad, parecería ser que el funcionamiento del universo es bastante simple, o cuanto menos, los primitivos sabían explicarlo más fácilmente.
Otro aspecto importante del chamanismo o del indigenismo, es el hecho de que conocer al mundo desde la búsqueda del espíritu, lo ha hecho ser mucho más respetuoso y mas conciente de su relación y a la vez dependencia de la naturaleza, cosa que el hombre civilizado ha maltratado hasta poner en peligro a la misma existencia humana.